En caso de que el trastorno ya esté en proceso, el tratamiento debe realizarse por especialistas médicos. El médico de familia puede detectar los síntomas y realizar controles de peso así como recomendaciones para mejorar los hábitos.
El siguiente paso viene a través de un especialista en psicología o psiquiatría, que será el que a través de sesiones de terapia y tratamiento pueda localizar y extinguir las conductas perjudiciales.
El tratamiento más importante es el de la modificación de la conducta alimentaria alterada, creando en el paciente una conciencia de enfermedad que le haga conocedor de los riesgos a los que se enfrenta.
En casos más graves, la hospitalización es necesaria e imprescindible dado que es el único lugar en el que se puede controlar totalmente a la persona, evitando que recaiga en las conductas perjudiciales.
La familia tiene el rol más importante, observando y apoyando al enfermo para que refuerce su autoconfianza y se valore más a sí mismo.
En caso de que el trastorno ya esté en proceso, el tratamiento debe realizarse por especialistas médicos. El médico de familia puede detectar los síntomas y realizar controles de peso así como recomendaciones para mejorar los hábitos.
El siguiente paso viene a través de un especialista en psicología o psiquiatría, que será el que a través de sesiones de terapia y tratamiento pueda localizar y extinguir las conductas perjudiciales.
El tratamiento más importante es el de la modificación de la conducta alimentaria alterada, creando en el paciente una conciencia de enfermedad que le haga conocedor de los riesgos a los que se enfrenta.
En casos más graves, la hospitalización es necesaria e imprescindible dado que es el único lugar en el que se puede controlar totalmente a la persona, evitando que recaiga en las conductas perjudiciales.
La familia tiene el rol más importante, observando y apoyando al enfermo para que refuerce su autoconfianza y se valore más a sí mismo.
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